lunes, 8 de enero de 2024

Día #8: Toulouse III

Último día en Toulouse y último día de las vacaciones. Todo llega a su fin, qué se le va a hacer. 

Hoy es primer domingo de mes y eso en esta ciudad supone que la mayoría de las entradas a los monumentos son gratis 😊. Y, como no podía ser de otra manera, habíamos planificado dejar para hoy alguna de estas visitas.

La primera visita en otra mañana gélida, ha sido el CONVENTO DE LOS JACOBINOS. Entre las riquezas religiosas del Vieux Quartier, destaca por encima de todas este complejo, considerado una de las grandes obras del gótico del sur de Francia. Tanto por admirar el patrimonio arquitectónico y artístico, como para conocer historia y cultura de la región de Occitania, su visita es un must

El exterior es tan sobrio que parece más una fortaleza que una iglesia. Tan sólo unas gárgolas rompen la sobriedad de los muros. Sí que destaca la torre.

Pero cuando hemos entrado (por turnos, ya que no dejaban pasar a Wuki; aunque se han ofrecido a cuidarla mientras hacíamos la visita … bonito detalle), nos hemos quedado asombrados por su belleza. Por la simpleza de su estructura, pero más por la altura, la simetría y el equilibrio, sus columnas centrales y por las enormes vidrieras que rodean toda la iglesia (las que están en la nave sur tienen cristales de colores cálidos que llenan el interior de la iglesia de todos rojizos y anaranjados cuando el sol entraba por ellas. Por el contrario, las que rodean la nave norte tienen tonos azules y fríos. Un bello y colorido contraste.





Al final de la nave, la famosa PALMERA, una columna de 22 nervaduras, única al Sur de Francia y el elemento más singular de la iglesia.

También sorprende la extraña disposición del templo. De planta rectangular dividida en dos naves del mismo tamaño, cuando buscas su altar resulta que no está en el lugar que uno espera. Nada de la cabecera del templo. Aquí está colocado… en un lateral!

Por una pequeña puerta en el muro norte de la iglesia, accedemos al bello Claustro




… donde destacan 3 salas: La sala capitular, con sus grandes ventanas, era aquí donde se reunían los monjes y celebraban sus asambleas…

…el refectorio, que destaca por sus grandes dimensiones…

…pero sobre todo, la Capilla de San Antolín, con unas pinturas excepcionales.

Estamos en el barrio universitario. La UNIVERSIDAD DE TOULOUSE es una de las más antiguas de Francia y, actualmente, acoge a cerca de 130.000 estudiantes. Un proverbio ilustra su fama: «París para ver, Lyon para tener, Burdeos para gastar y Toulouse para aprender».

Este barrio se llama Saint-Pierre, donde hemos visitado la IGLESIA Y CONVENTO SAINT-PIERRE DES CHARTREUX…


…la Place Saint-Pierre

…y el Puente Saint-Pierre


…que se encuentra junto a las esclusas y una antigua central hidroeléctrica de EDF. A pesar del frío, hay mucha gente corriendo, paseando, se respira una ciudad viva…




Hemos atravesado el Río Garona por el Puente de los Catalanes, y nos hemos adentrado en el barrio de Saint-Cyprien, descuidado durante mucho tiempo, siendo el hogar de enfermos, peregrinos y exiliados, Saint-Cyprien es ahora un distrito muy popular. Este barrio histórico, es hoy en día un barrio cosmopolita, animado y culturalmente rico. Su espíritu pueblerino, sus calles típicas, sus grandes parques y sus monumentos históricos son armas de seducción masiva para aquellos que quieran sentir el pulso de la ciudad rosa. 



Queríamos visitar Les Abattoirs, o los antiguos mataderos, que hoy albergan el Museo de Arte Contemporáneo y Moderno.










Entre su colección, destaca el “Telón de Picasso (El despojo del Minotauro en traje de Arlequín)”. Por motivos de conservación, debido a la fragilidad de la obra, solo se expone seis meses al año… y hoy no era uno de ellos 😞.  Por contra, una fugaz visita a la exposición Le temps de Giacometti, donde destacan las esculturas.




Callejeando, nos hemos acercado al MARCHÉ SAINT-CYPRIEN, el mercado más antiguo de la ciudad y que ha conseguido mantener su arquitectura art nouveau original, con una hermosa estructura con marcos de ladrillo y metal y ventanas de vidrio. Eso es contrario a los mercados de Víctor Hugo y Les Carmes que fueron completamente reconstruidos en el siglo XX. Esta particularidad le da al lugar un ambiente popular y acogedor. 





Un café y un dulce para entrar en calor, con Wuki siempre alerta…

Es imposible visitar el barrio sin pasar por el Hospital de la Grave, lugar reconocible por la gran cúpula que se eleva sobre su iglesia. La Grave es el hospital más grande de la ciudad, lugar de nacimiento de muchos tolusenses. 




El Hotel Dieu era un antiguo hospicio para peregrinos y víctimas de la peste, que también acogió a bebés abandonados. También se daba alojamiento a los peregrinos que iban a Santiago de Compostela. Desde aquí las vistas son impresionantes.


Al final (o al principio) del Pont-Neuf, se encuentra el Château d’Eau o torre de agua, construida para crear el primer sistema de suministro de agua de la ciudad.  


Esta ha sido nuestra última visita del día. De vuelta al apartamento, coger las maletas, llenar el coche y vuelta a casa. Por delante 4 horas de viaje durante las cuales hemos ido haciendo resumen de los días de vacaciones por el sudeste francés. Y, como solemos hacer, empezando a pensar en posibles destinos con los que despedir este 2024 que acaba de empezar. 

Seguiremos informando.